Blocks

Estaba en un bar y cayó un vendedor ambulante. Uno que vendía blocks anotadores. Y no sé qué me vio realmente, además del block gigante que uso para anotar. Lo que sé es cuál fue mi error: preguntarle a cuánto los vendía. Ahí empezó la odisea. “3 por 15 pesos” arrancó. A lo que siguió mi: “No, te agradezco”. Respuesta que lo hizo volver sobre mí y decirme “Te dejo 2 por 10, dale, 2 por 10 pesos…”. Y mi “no” fue más enérgico aún. Lo que lo hizo volver nuevamente sobre mi y terminar con un “¿Te digo la verdad? Estos valen 2, 3 pesos cada uno, pero eso no es lo caro, el caro soy yo, que pongo la cara y camino y vendo, por eso los cobro ese precio…”. Y se fue segurísimo de sí mismo. Y lleno de blocks.