martes, 28 de agosto de 2007

Amor

Hace alrededor de un año pasé por una esquina y vi a un viejito parado, de traje, engominado y con un ramo de flores en la mano. Hace unos días volví a pasar por esa esquina y me sorprendí de ver al viejito parado en el mismo lugar, con menos gomina y las mismas flores ya bastante marchitas. Me acerqué y le pregunté qué hacía. “Espero al amor que está a la vuelta de la esquina”, susurró con una sonrisa. La misma con la que me fui caminando.

No hay comentarios: